martes, 10 de agosto de 2010

Lateral siniestro


Cierto, quedan aún unas tres semanas para el inicio de la competición doméstica. Todavía pueden llegar nuevas caras. Pero, si les digo la verdad, a veces uno duda qué clase de ente inteligente (¿?) está al mando de la planificación deportiva de la Casa Blanca.
La temporada pasada arrojó varias moralejas interesantes. Una de ellas, ya se sabía, es que los más grandes dispendios acaban rentando. Por más que Kakà se empeñe en lo contrario, lo cierto es que el verdadero amasijo de millones se fundió por alguien con el que, de momento, sólo comparte idioma. Otra, que el equipo estaba terriblemente descompensado, con dos flancos débiles de verdad: el ala izquierda de la defensa, y la creación –fundamentalmente la primera–.
El centro ha quedado apuntalado con Khedira (a años luz de Diarrà, mejor que el Lass del año pasado) y Canales (con todo el tiento que requiere alguien de su edad y categoría). Con todo, sospecho que a muchos merengues se nos ha quedado el gesto medio torcido por las calabazas de los Cesc, Gerrard o Schweinsteiger.
Lo sorprendente es que las miras del club parecen centrarse ahora en la parte equivocada de la defensa. Primero fue Maicon. Y sí, se trata de uno de esos futbolistas especiales –ojo con los problemas disciplinarios que sólo Mourinho supo domar– por los que, sin duda, con cuatro años menos Florentino hubiera tirado la casa por la ventana. No se debe olvidar que ya lo hizo con Sergio Ramos cuando éste apenas había despuntado en el Sevilla. Casi treinta millones fueron los responsables de su pase desde el club de Nervión. El “problema” es precisamente ese: el Madrid cuenta ya en su plantilla con el lateral derecho de la selección campeona del mundo. La posición, además, está cubierta con un canterano de garantías, igualmente campeón del mundo, como Álvaro Arbeloa.
Conformes con la derecha (eso sí, de nuevo otro “top” que no llega), las miradas se volvieron al centro: Carvalho, David Luiz o Thiago Silva han sido algunos de los nombres que han desfilado por el carrusel de hipotéticos merengues. Y digo yo, ¿qué necesidad de central tiene un club que cuenta en sus filas con un mariscal como Pepe, un seguro de vida como el “Chori” Albiol –al que pocas cantadas se le recuerdan en su temporada de debut–, y un excelente suplente como Garay? Añádase, por supuesto, la polivalencia de Ramos para cubrir un hipotético percance en el centro de la defensa.
Echemos, en cambio, un vistazo al flanco siniestro –nunca mejor dicho– de la defensa blanca. De una parte, Marcelo, un jugador al que Pellegrini logró sacar un notable rendimiento… como interior. De la otra, Drenthe, un hombre que parece mostrar más soltura en los reservados que sobre el césped. Si el último partido contra los Galaxy demostró que el equipo A, ese que Mou niega tener, está afinando más y más cada día, la entrada de juzgado de guardia del díscolo holandés vuelve a chirriar como una nota discordante. Un tipo que no sabe ni guardar la posición, ni medir sus entradas, ni tan siquiera centrar cuando sube por su banda, no es definitivamente alguien que se pueda comparar ni por asomo con sus homólogos de la banda derecha. Por más que duela, y los trece millones que costó duelen mucho, hoy Royston ha dado más motivos para que se le compare con el infame De Jong que con la escuela holandesa que (hasta el 11 de julio al menos) todos teníamos en la cabeza –el ex del Feyenoord fue designado mejor jugador del Europeo sub-21 de 2007, no lo olvidemos–.
Ahora que las miras del Madrid parecen centrarse en contratar un tercer (o segundo, todo depende de en qué plan venga Karim este año) delantero, algo que no es en absoluto descabellado después de la salida del club del Gran Capitán, quizá sería pertinente que el club hiciera un último examen de conciencia cuando aún queda algo de tiempo para que empiece la Liga. Echen un vistazo a las cantadas más sonoras del año pasado y observen por qué banda llegaron. Si aún no lo tienen claro, desempolven las cintas de la pretemporada. Y, si todavía les queda alguna duda, vean con más detenimiento el salvaje penalti de uno de los dos inquilinos actuales del lateral izquierdo y piensen si es eso lo que quieren para su equipo. ¿Bueno para el Madrid?
R

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