lunes, 16 de mayo de 2011

CRécord


A falta de alicientes mayores, el madridismo se congregó ayer frente a los televisores esperando la pedrea. Un premio menor, sí, teniendo en cuenta que no es un club éste que celebre especialmente los pichichis, pero curioso en este caso por lo infrecuente. Fue otro goleador merengue, Hugo Sánchez, palabras mayores, el que había establecido una marca mítica que ayer dinamitó el Bicho.
Nueve goles, nueve, en los últimos tres partidos han aupado al crack de Madeira a unos registros que, si las cosas siguen como hasta ahora, permanecerá en la memoria y en las estadísticas durante muchos años. Hay legiones de futboleros que jamás vimos jugar a Zarra, pero así y todo su nombre se nos asocia sin remisión al gol contra Inglaterra y a un pichichi de récord. No sería extraño que a Cristiano le esperase una suerte similar con las próximas generaciones; así que, visto así, no fue poco lo que se presenció ayer en El Madrigal.
Y es que, como ha sido costumbre esta temporada (excepción hecha del Barça), el Madrid ofreció su mejor cara en el campo de un rival de tronío. Su primera parte en Villarreal fue la mejor publicidad contra todos aquellos que acusan a Mourinho de jugar feo. Toque en zonas de las que hacen daño, posesión relevante, fútbol vertical, jugadores enchufados.
El mejor ejemplo de ello fue, una vez más, Marcelo, que marcó el primer gol tras una cabalgada lanzada por Kakà con un toque sutil que desnudó la obsesión amarilla por los pases a Cristiano. El jugador brasileño ha completado una temporada espectacular por primera vez desde que llegó al Madrid, cosa que no logró con ningún entrenador anterior. Y eso, por más que a algunos les duela, es un hecho.
También ha sido un hecho la titularidad de Benzemá, jugador que pasó de la promesa a la reivindicación. Nuevamente, en la ecuación del francés sólo ha cambiado de un año a otro la incógnita del entrenador. Otro hecho.
Cristiano, por su parte, ayer enchufó dos chicharros de falta (sobre todo el segundo, con el tiempo cumplido) para dejar su registro en una estratosférica marca de 39 goles en Liga. El portugués ya había demostrado ser muy bueno la temporada pasada. En ésta ha llegado a superlativo. A su borrachera de goles e indiscutible peso en el juego del equipo esta temporada se le ha sumado su carácter decisivo en partidos a vida o muerte, como la final de Copa. El año pasado no ocurrió y en la ecuación sólo ha cambiado la incógnita del… ¿adivinan?
Como este invento está plagado de expertos cortoplacistas, parece haberse instaurado un cierto tufo de derrotismo entre la parroquia blanca que, anticipamos, se agravará si al Barça le da por ponerse a cinco Copas de Europa del Madrid el próximo día 28 en Wembley. Por eso conviene recordar los logros no menores obtenidos este año, como los citados anteriormente, o el triunfo de Copa (no por menor sencillo, especialmente si se echa un vistazo a los rivales que hubo que superar), o haber peleado todos los títulos hasta las últimas instancias.
A veces nos olvidamos de que, por más grande que sea la Historia, en un deporte se puede perder. Incluso mejorando mucho, incluso jugando bien, a veces hay equipos mejores. En este caso, en la acera de enfrente habita un once que lleva conjuntándose muchas temporadas y que ha cumplido tres años con el mismo entrenador, una versión 2.0 de su antecesor. Ahí sí nos ganan, pero es cuestión de tiempo: el que queramos darle al proyecto de Mourinho para obtener una continuidad que permitirá agrandar el salto de calidad que ya se ha empezado a dar este año.
R
Foto: AP

1 comentario:

  1. Cristiano y su hambre de goles nos han venido bien para motivarnos en estos últimos partidos del campeonato de la corrupción. Y para demostrar que todos los que hablan de que Mou gobierna un vestuario dividido mienten como bellacos.

    Esta campaña ya ha sido buena y la próxima me ilusiona todavía más. Este Real Madrid pinta muy bien.

    Un saludo, nos leemos de nuevo por

    http://mibufanda.blogspot.com

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